La pregunta sobre qué tipo de cuenta bancaria conviene
abrir es de esas que no tienen una respuesta unívoca. Dependerá de
varios factores, esencialmente ligados con la necesidad de la persona
que quiera abrir la cuenta, el tipo de actividad económica que
realice, si busca disponer de una cuenta para efectuar pagos, o
simplemente para realizar depósitos, si la necesita para su giro
comercial o empresarial, o bien para cuestiones de índole personal, etc.
En
cualquier caso, la mejor forma de comenzar a responder este
interrogante es entrar por una definición general de qué es una cuenta
bancaria, para qué sirve y cuáles son las distintas características de
las diversas cuentas bancarias.
Una cuenta bancaria implica una
suerte de contrato con una entidad financiera a partir del cual se
depositará en la misma un determinado monto de dinero y se podrá
disponer del mismo de modo inmediato. Ahora bien, como dijimos existen
diferentes tipos de cuenta bancaria, que se diseñaron con arreglo a
diferentes necesidades o usos posibles, de modo tal de entregar los
beneficios que requiere cada clase de usuario. Por ejemplo, podríamos
comenzar explicando qué es una cuenta corriente bancaria, ya que para
muchas operaciones –particularmente para las de crédito- constituye la
“cuenta madre” que habilita para realizar otras operaciones financieras
más complejas. Tanto las empresas como los particulares pueden sellar
con los bancos un contrato de cuenta corriente bancaria. Esta clase de
cuenta permite depositar dinero, y emitir cheques contra
esos fondos depositados –o contra un “acuerdo” de crédito pactado con
la entidad financiera-. Transcurrido un tiempo de la apertura de la
cuenta, los clientes pueden solicitar su chequera y empezar a emitir
esos valores. Es una clase de cuenta en la cual se puede tener un saldo deudor, de
acuerdo como decíamos a los pactos que se tengan con el banco en
cuestión; estos pactos definen hasta qué monto el o los titulares de la
cuenta (si es una cuenta bancaria compartida) podrán girar en
descubierto. Al contar con esta cuenta el o los titulares podrán transaccionar
a través de cajeros, transferencias bancarias y/o cheques. Además,
podrán abonar servicios de manera online o por débito automático. Esta
clase de cuenta tiene costos relacionados: generalmente los bancos
cobran por su mantenimiento y su uso, por la emisión de chequeras, etc. Y
además, obviamente cobrarán intereses por los saldos deudores (es
decir, el descubierto) que se mantengan durante el mes. En cambio, los
titulares no reciben un pago de intereses por los fondos que depositen.
Estas definiciones explican a grandes rasgos cómo funciona una cuenta corriente.
Una
cuenta vista presenta diferencias con la cuenta corriente, ya que no
permite el manejo de cheques. Para efectuar pagos el cliente debe operar
de modo online, o a través de cajeros. Es una clase de cuenta que
ofrece menos servicios, pero también resulta más barata.
Llegados
este punto conviene indicar la diferencia entre cuenta corriente y caja
de ahorro. Esta última alternativa fue concebida para quienes desean
tener una cuenta donde depositar su plata pudiendo disponer libremente
de los fondos sin riesgos y con alto nivel de seguridad. Este tipo de
cuentas pagan intereses al dinero depositado, aunque las tasas son
realmente tan bajas, que casi no se percibe nada. Es decir, tienen una
rentabilidad muy baja, y por lo común es más lo que se paga por el
mantenimiento de la cuenta que lo que se percibe en concepto de
intereses. De cualquier forma, al poder disponer de una tarjeta de
débito o de crédito ligada con la cuenta, ofrecen un servicio valorado
por muchos particulares. A diferencia de lo que ocurre con las cuentas corrientes,
en Argentina las cajas de ahorros se puede abrir tanto en pesos como en
dólares. Con una de estas cuentas se puede retirar o depositar dinero
de acuerdo al saldo disponible (es decir que no puede haber saldo
deudor, no se puede girar el descubierto).
En
nuestro país es común que los bancos que realizan aperturas de cuentas
sueldo (que en general tienen operatorias similares a las cajas de
ahorros) a empleados de empresas que operan con la entidad bancaria
bonifiquen la comisión de mantenimiento de estas cuentas (de hecho deben
hacerlo por una reglamentación específica). En la Argentina también
está la opción de acceder a una cuenta bancaria gratuita o universal, que ofrece menos servicios pero que tampoco paga mantenimiento.
Dicho
esto, la pregunta sobre qué conviene, caja de ahorro o cuenta
corriente, debe responderse en función de la necesidad de cada usuario
(ya sea persona física o empresa o una cuenta bancaria para
monotributistas). Si necesita disponer de un margen para poder girar en
descubierto, la cuenta corriente será la opción válida. Si en cambio no
necesita una línea de crédito para
el giro normal de sus operaciones, entonces tal vez alcance con una
caja de ahorros. De todas formas los bancos suelen ofrecer paquetes con
más de un producto, un camino que en algún caso puede resultar válido
para reducir costos, pero que hay que evaluar con cautela para no pagar
por productos que en realidad no se necesitan.
Los detalles de cómo abrir o qué requisitos hacen falta para abrir una cuenta corriente bancaria o una caja de ahorros o cuenta sueldo,
por ejemplo, o cómo saber mi número de cuenta o cómo depositar dinero
en una cuenta bancaria, convendrá averiguarlos en cada entidad. No
obstante, como tema general es más sencillo crear o abrir una cuenta
bancaria online en Argentina, con las instituciones financieras
conocidas bajo el rótulo de “fintech”, que por lo común permiten abrir
una cuenta bancaria sin recibo de sueldo.
Fuente: Efectivo Ahora

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